Bien - Mal

Seguimos con esta feliz historia que comenzó un 6 de octubre, hace ya 4 meses, que de alguna forma va transformando mi vida, a pesar de haber sobrepasado los 50, tanto física, como mentalmente. Estoy hablando del "Running", lo que para los menos profesionalizados llamamos "Correr".

Ya me lo advirtió al comienzo mi mentor, para los más cercanos, Leonidas, a quien le gusta lo que hace y lo hace porque le apasiona....."Si eres capaz de pasar el invierno, seguirás corriendo....."

Y en verdad tengo que decir que es duro, ya que por mi actividad laboral, dedico generalmente, la última hora de la tarde-noche para practicar esta sana aventura y con la llegada del crudo invierno estos últimos días, aparecen en uno de mis hombros el angel bueno y en el otro el angel malo, el bien y el mal, que pugnan ambos para llevarme a su terreno.

"No salgas hace frío" "Sientate en el sofa, abre una cerveza y mira la tele"

"No seas perezoso" "Sal a correr" "Te va muy bien"

Al final no lo piensas dos veces, ya que el mero hecho de pensarlo quizás te haría dudar, te levantas, te quitas la ropa y te enfundas el "disfraz" de correr, zapatillas, calcetines, mallas, camiseta técnica, cazadora térmica, cinta para el sudor, gorra....además del pulsometro con su garmin, el IPOD con música especial.....en fin todo el "aparellaje" necesario y el que no lo es tanto, que lleva su tiempo enfundarte y que es el principal obstáculo a superar, entre el sofa y la calle.

Al final lo has hecho, te has levantado, te has cambiado y sales a la calle.....la sensación de frío, normalmente la temperatura estos días estaba bajo cero, te invade, teniendo en cuenta además, que el plan de entrenamiento te exige primero unos minutos de andar, por lo que no acabas de tener sensación de calor, de sudor, hasta que en el minuto 13 empiezas a correr.

La primera sorpresa es que a esta hora, cerca de las 9 de la noche, con este frío, no uno, ni dos, ni siquiera tres...hasta seis "colegas de afición" van corriendo, sin escaparse de nadie, con tu mismo disfraz, por la frias calles de mi ciudad.

En fin, hay más benditos locos, además de un servidor, que se apasionan, por la razón que sea, con esta historia y esto te hace sentirte bien.

Lo más importante es cuando al llegar a casa, te quitas la ropa, en mi caso, empapada de sudor y te reconfortas con una agradable ducha y sientes las piernas con sensación de gustoso dolor y sientes a tu cuerpo decir gracias y notas que tu mente esta fresca, limpia y con buenas sensaciones.

Y dices, esto es bueno, pasado mañana lo hare otra vez, te sientes bien y eres feliz, por eso, el próximo día, el angel malo ya ni intenta acercarse a verte.