Camina - Corre

Como quien empieza, y no me cansaré de decir que yo estoy empezando, aunque esta historia del correr, ya tenga más de un año de vida y después de seis meses de relativo parón, estoy volviéndome a acostumbrar a salir a la calle a correr.

Y en esta segunda etapa, de volver a empezar a correr, aunque esto es como ir en bici, que nunca se olvida, si que, la forma, el fondo..... se notan más bajos que en aquel comienzo del verano, cuando mis vertebras dieron su "toque" de atención. Vamos que hoy no me atrevo a correr 10 km. seguidos, como hacía hace poco.

Pero esto no me preocupa. Siempre he pensado y todos los "locos" que estamos en esta historia, salvo aquellos cuyas características físicas les permite ser del pelotón de cabeza, piensan lo mismo, "lo importante es disfrutar".

Así que salgo a la calle y camino un rato, cuando me veo bien, troto, corro, más despacio, más deprisa,  depende de lo que el cuerpo me diga y al final vuelvo a andar y si hace falta, a mitad camino, me paro y ando un poco..... en fin, siempre según sensaciones.

Se fija un objetivo de estar cuarenta y cinco minutos  o una hora en la calle, viviendo sensaciones y al regresar a casa, es cuando miras el reloj y ves cuanto has corrido, cuanto has andado y a que ritmo..... durante la carrera no hay reloj, solo hay una respiración que me dice, adelante tu puedas o quieto que te agotas.

Si voy sólo imagino a un compañero solitario, que llamaría mis pensamientos, con el cual voy intercambiando ideas y con el cual intento resolver cuestiones pendientes, dándole vueltas al hoy y pensando en el mañana.

Pero tengo la enorme suerte que muchos días me acompaña mi hija y también mi mujer y entonces mis pensamientos solitarios, se vuelven en una puesta en común, que libera esa sensación diaria de no tener tiempo para estar con la familia por el ritmo de vida que nos agobia. Y al llegar a casa pienso, esto bueno, me siento bien. Soy feliz.

Y pienso en mañana para volver a salir a correr, si puede ser con ellos.